martes, 24 de marzo de 2015

TESEO Y EL MINOTAURO

Teseo era el hijo de Egeo, rey de Atenas, y de Etra. Egeo había matado al hijo de Minos, por lo que Creta sitió Atenas, que se vio rápidamente asolada por el hambre y las enfermedades, por lo que Egeo tuvo que aceptar las condiciones de Minos.
La ciudad de Atenas debía entregar cada año un tributo a Minos, rey de Creta. Debían entregar cada año 14 jóvenes de las familias más nobles de la ciudad, siete chicos y siete chicas, que serían entregados al Minotauro que se encontraba en el laberinto de la ciudad.



Teseo, al tener conocimiento de esto, decidió ofrecerse como tributo anual a pesar de que su padre le insistía en no hacerlo para lograr terminar con la bestia. Al final logró convencerle, afirmándole que si tenía éxito y conseguía volver, pondría velas blancas en su barco, y si había fracasado, las velas serían negras.
Al llegar a Creta, el propio rey Minos los examinó para confirmar que servían como sacrificios humanos. Teseo, al encontrarse en la corte, conoció a la hija de éste, Ariadna, de quien se enamoró perdidamente. Ella se enteró del objetivo que tenía Teseo y, habiéndose enamorado también de él, decidió ayudarle, ya que a pesar de que lograse matar al Minotauro, salir del laberinto era tarea imposible. Por ello, le entregó un ovillo de hilo de oro.
Cuando entró en el laberinto, Teseo fue desenrollando el ovillo para después encontrar la salida. Cuando por fín encontró al Minotauro, lo primero que hizo fue dar rodeos para tratar de agotar a la bestia. Cuando al fin estaba agotado, se enfrentó a él hasta que expiró. Después fue siguiendo el hilo que le había dado su amada para encontrar la salida.
Tras la victoria, Teseo se reunió con los jóvenes que le habían acompañado y con Ariadna. Juntos, no tardaron en embarcarse y poner rumbo a Atenas. Durante el trayecto, tuvo lugar una gran tormenta que les hizo detenerse en la isla de Naxos. Ariadna, que se encontraba indispuesta, bajó del barco. Unas leyendas dicen que Teseo la abandonó, otras que se olvidaron de que había bajado, y otras que el barco se alejó debido a las condiciones climáticas. Lo cierto es que el barco partió dejando a Ariadna en la isla y separando por tanto a los jóvenes.
Teseo, debido a la euforia de su triunfo, se olvidó de cambiar las velas negras por las blancas. Egeo, viendo las velas negras que significaban que su hijo había fracasado, creyó que su hijo había muerto. No pudo soportarlo y se arrojó al mar. Teseo decidió llamar al mar Egeo, como su padre, una vez subió al trono. Gracias a su nombramiento como rey, logró unir a los pueblos formando el estado ateniense.

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